Los demócratas han tardado apenas unos días en evaluar hasta dónde puede llegar la ambiciosa propuesta migratoria del presidente Joe Biden en el Congreso de Estados Unidos y reconocer que, si surge algo, será probablemente mucho más modesto, de acuerdo a lo publicado en el portal web El Economista.
Mientras se preparan para abordar un asunto políticamente delicado que se ha resistido a grandes acciones del Congreso desde la década de 1980, los demócratas emplean palabras como “aspiracional” para describir el plan de Biden y “hercúleo” para expresar el esfuerzo que necesitarán para sacarlo adelante.
La Casa Blanca lanzó un mensaje similar cuando la secretaria de prensa, Jen Psaki, afirmó que el nuevo gobierno espera que el plan del presidente sea “la base” para las discusiones migratorias en el Congreso. El tono cauto de los demócratas puso de manifiesto el frágil camino que tiene por delante en un asunto fundamental para sus votantes de minorías, progresistas y activistas.
Hasta quienes llevan años trabajando por la inmigración y defienden una lucha sin cuartel han reconocido que puede que tengan que conformarse con menos que una victoria total. Allanar el camino hacia la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que no tienen los permisos adecuados para estar en el país — la pieza central del plan de Biden — es “lo que está en la cima de la montaña”, dijo Frank Sharry, director ejecutivo del grupo proinmigración America’s Voice, en una entrevista.
La propuesta facilitaría que cientos trabajadores se queden en el país de forma temporal o permanente, concedería ayudas al desarrollo a países de Centroamérica con la esperanza de reducir la inmigración y reforzaría la tecnología de control fronterizo.