Con banderas, cruces y fotos, para conmemorar a más de 200,000 víctimas que ha cobrado el COVID-19 én EEUU.
Los que se quedaron atrás deben llorar en un país que todavía está firmemente afectado por la pandemia de coronavirus. Dondequiera que miren, hay un recordatorio de su dolor.La crisis del coronavirus en los Estados Unidos se ha cobrado casi 200.000 vidas, jóvenes y ancianos, personas que viven en ciudades densas y pueblos diminutos, personas que pasaron sus días como asistentes de hogares de ancianos, maestros, trabajadores agrícolas y jubilados.
Los seres queridos que quedan quedan atrapados en un inmenso estado de tormento. Han visto a sus cónyuges, padres y hermanos enfermarse por el virus. Han soportado las muertes a distancia, a través de conexiones de teléfonos móviles o feeds de FaceTime inestables. Ahora se les deja llorar, en un país que todavía está firmemente dominado por la pandemia de coronavirus, dónde por cualquier lugar que miran es un recordatorio de su dolor.Esta pandemia que nos ha tocado enfrentar, ha sido singularmente complicada y cruel. En docenas de conversaciones, personas en todo Estados Unidos que han perdido a familiares a causa del coronavirus describieron una vorágine de frustración, ira y aislamiento inestable, todo intensificado por la sensación de que la pandemia es imposible de cerrar.
Muchos están resentidos por el manejo del gobierno de la pandemia, que ha traído hitos sombríos desde el primer anuncio de una muerte por coronavirus en los Estados Unidos a fines de febrero. Para el 27 de mayo, más de 100.000 personas en el país habían muerto por el virus. Menos de cuatro meses después, casi 100.000 personas más están muertas, pérdidas capturadas en las banderas, cruces y fotografías en monumentos que están apareciendo en todo el país.
Fuente: The NYT.
Traducción by Latin Opinion Baltimore.