Por Nick Alexopulos
Para Adriana Gonzalez, quien se mudó a Baltimore desde Puerto Rico y tuvo un nuevo comienzo (inesperado), su pasantía en el programa de desarrollo de la fuerza laboral de BGE es su más reciente actividad.
Antes de empacar una maleta pequeña para su viaje de tres semanas a Baltimore, Adriana Gonzalez escribía en un reporte que preparó para su escuela que los planes de su familia eran solo de “visita.” ¿Y por qué no habría de hacerlo? Adriana iba a estar lejos de su hogar en Puerto Rico y sus compañeros de clases del séptimo grado solo por poco tiempo, pues iba a apoyar a sus padres mientras que los oncólogos del Johns Hopkins Hospital evaluaban la más reciente reaparición del cáncer de su padre.
Todo esto sucedió en 2014. Sin embargo, su familia nunca regresó, no era posible.
El hospital John Hopkins era la última esperanza de su padre, pero el tratamiento era muy costoso. Fue a parar en el Baltimore VA Medical Center, donde lo trataron de forma gratuita por ser un veterano de la Armada de los Estados Unidos. Entonces, la familia Gonzales se estableció allí y formaron su nuevo hogar en el barrio Armistead Gardens, al este de Baltimore.
El padre de Adriana luchó con la enfermedad durante dos años más.
Habría estado muy orgulloso de ver a Adriana graduarse de la Mergenthaler Vocational Technical High School, el pasado junio. Fue allí donde descubrió su pasión por el oficio de la construcción, en especial por el de electricista. Actualmente, Adriana está a medio camino de su segunda pasantía en BGE y espera conseguir un trabajo de tiempo completo allí.
“Me estoy volviendo independiente,” dijo Adriana. “Mi madre es feliz y estoy segura que mi padre también lo estaría.”
Al observar de cerca al equipo de mantenimiento de las subestaciones de BGE, Adriana está aprendiendo sobre lo relacionado con la electricidad detrás de los servicios de públicos. “Todos los días experimento algo nuevo,” explica Adriana. “Un día, podemos estar haciendo el cableado del cuarto de control de la subestación Buena Vista y al siguiente estamos recogiendo muestras de aceite de los transformadores y los interruptores.”
Su paso por BGE comenzó poco después de terminar su penúltimo año de preparatoria a través del programa Smart Energy Workforce Development de BGE.
“Al comienzo, estaba muy asustada porque la mayoría de mis compañeros de trabajo eran hombres. Pero todos fueron muy amables y cordiales,” explica Adriana. “Ellos me animaron a cuestionar absolutamente todo, porque es posible que toques algo y puedas morir. Por eso, es muy importante hacer preguntas. No hay preguntas estúpidas.”
Adriana disfrutó tanto su primera pasantía Smart Energy, que solicitó poder regresar para una estadía extendida luego de terminar su último año de preparatoria. Aún está en proceso de aprendizaje ya pasó la prueba de Construcción y Profesiones Calificadas (CAST, en inglés), un estándar en la industria de los servicios públicos que es el primer paso para labrarse una carrera en la industria de la electricidad.
Además, estar en un campo cuya proporción hombre-mujer es tan alta, la posibilidad de convertirse en un ejemplo significa mucho para ella.
“Ser joven, mujer y latina puede alentar a otras niñas, a otros jóvenes a que escojan esta línea de trabajo,” dijo. “Con algo de suerte, otra niña me verá y dirá ‘Si ella puede, yo también’. Aunque solo sea sembrar la idea en su mente de “yo también puedo”, eso estaría muy bien.”
Adriana quiere regresar a Puerto Rico algún día con su madre, a la casa que dejaron pausada en el tiempo inesperadamente hace cinco años. Solo han regresado dos veces desde que “comenzaron de nuevo,” como Adriana lo explica. Desde entonces, ha redescubierto su informe del séptimo grado en el que hablaba de visitar Baltimore. Le recordó a su padre, una vida desarraigada y cuánto ha crecido desde entonces.
Adicionalmente, Adriana está muy orgullosa de lo que ha logrado. Le emociona su futuro, y tiene un mensaje para las demás mujeres jóvenes como ella.
“Si tienes la oportunidad, ve por ella.”