Muchas de las pruebas del VIH son rápidas, GRATUITAS y no duelen.
¿Quienes deben hacerse esta prueba?
Toda persona que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre o mujer que se desconozca su actividad sexual, o Ha tenido relaciones sexuales con una persona que tiene el VIH (sin saberlo o sabiéndolo), o Ha tenido más de una pareja sexual desde que se hizo la última prueba del VIH, o Ha compartido agujas, jeringas u otros implementos para la inyección de drogas, o Ha intercambiado relaciones sexuales por drogas o dinero, o Tiene otra enfermedad de transmisión sexual, hepatitis o tuberculosis, o Ha tenido relaciones sexuales con alguien que ha hecho alguna de las cosas mencionadas más arriba o cuyos antecedentes sexuales se desconoce.
Los hombres gais y bisexuales, sexualmente activos pueden beneficiarse de pruebas cada 3 o 6 meses. Si está en estado de embarazo o piensa estarlo, hágase la prueba tan pronto como sea posible para protegerse y proteger a su bebé.
Incluso, si tanto usted, como su pareja están activos sexualmente, ambos deben averiguar su estado serológico.
¿Debo hacerme la prueba?
La única manera de saber su estatus de VIH es haciéndose la prueba. Conocer su estado le brinda información poderosa para mantener su salud y la de su pareja.
Los CDC recomiendan que todas las personas entre las edades de 13 y 64 años se hagan la prueba del VIH al menos una vez como parte de la atención médica de rutina, y más a menudo si hace cosas que podrían aumentar su riesgo de contraer el VIH.
Todas las personas de entre 13 y 64 años deberían hacerse la prueba del VIH al menos una vez al año.
Muchos Estados tienen leyes que requieren que les informes a tus parejas sexuales si eres VIH positivo/a antes de tener relaciones sexuales (anales, vaginales u orales) o antes de compartir drogas o agujas para inyectarse drogas.
En algunos estados, se te puede acusar de un delito si no le dices a tu pareja sobre tu estado de VIH, incluso si tu pareja no se infecta.
OBTENER APOYO
Recibir un diagnóstico de VIH puede ser un suceso que cambia la vida. Las personas pueden sentir muchas emociones: tristeza, desesperación e incluso enojo. Los auxiliares de servicios de salud y trabajadores de servicios sociales aliados, a menudo disponibles en la oficina de tu auxiliar de atención médica, tendrán las herramientas para ayudarte a trabajar durante las primeras etapas de tu diagnóstico y comenzar a controlar tu VIH.
Hablar con otras personas que tienen VIH también puede ser útil. Encuentra un grupo local de apoyo para el VIH.
Obtén información sobre cómo otras personas que viven con el VIH han manejado su diagnóstico.